Salve â La Vírgen María.
Dios te salve Virgen Pura, _ Reÿna del Cielo y la Tierra
Fuente de Misericordia, _ de gracia, y Pureza inmensa;
Vida, y dulzura en quien vive _ Toda la esperanza nuestra
A tí Reÿna suspiramos _ Gimiendo, y llorando penas
En aqueste tríste Valle _ De lagrimas, y Miserias.
Ea pues dulze Senÿora _ Madre, y Abogada nuestra,
Essos tus hermosos ojos _ A Nosotros siempre buelvas:
Y â Jesus fruto bendito _ de tu vientre hermosa perla
despues de aqueste destierro _ en el Cíelos nos le muestra.
Ò Purissima María! _ Ò Piadosissima Reÿna!
O Dulcíssima Pastora! _ Por Nosotros â Díos ruega
Para que seamos dignos _ de alcanzar la Gloria Eterna
Amen Jesus, con quíen vives _ en los Cielos, y en la tierra.
VS[1] V. Ora pro nobís.[2] V. In Conceptione tua, &c. Oremus[3] .
Carta de Esclavitud â Ntrâ Señora, y Madre Puríssima
Sepan todos quantos esta Carta de Esclavitud vieren, los An-
geles, y los Hombres, y todas las Criaturas, Como yo Fraÿ Mar =
tin de Taradell Relígíoso Capuchino, y Misíonero de Indias
me Vendo, y entrego por esclavo perpetuo de la Virgen María
Madre de Díos, con donacion pura, libre, y perfeta de mí Perso-
na, y bienes, para ʠ de mi, y de ellos disponga â su Voluntad, como
Verdadera Señora: Y porque me hallo indigno desta honra, su-
plico â los Ciudadanos del Cielo, hijos especiales desta Gran
Señora, y Devotos míos, me alcancen de su Magestad, me recí-
ba en el numero de sus esclavos. Y por ser assí Verdád, lo
firmo de mi nombre, y quisiera firmarlo con la sangre de
mí corazon. En el Carapo 29 de Enero de 1774.
Fr. Martín de Taradell
Indigno Capuchino.
Divina Señora.